La historia de Movistar en México llegó a su fin. El 4 de noviembre de 2025, Telefónica confirmó oficialmente su salida de México, Chile y Venezuela como parte de su nuevo plan estratégico 2026-2029. Esta decisión marca el cierre de un ciclo de 24 años en los que la operadora española revolucionó el mercado mexicano de telecomunicaciones, desafiando el dominio histórico de Telcel y transformando la competencia sectorial.
Cuando Movistar llegó a México en 2001, el panorama era radicalmente diferente: la telefonía móvil apenas comenzaba a democratizarse, los monopolios dominaban y las tarifas eran prohibitivas para la mayoría. Con inversiones millonarias en infraestructura, campañas masivas de marketing y estrategias agresivas de precios, Movistar logró posicionarse como una alternativa real que benefició a millones de mexicanos.
Para 2004, Telefónica ya era el primer operador móvil de América Latina, consolidando su expansión con adquisiciones estratégicas y el lanzamiento de tecnologías 4G y fibra óptica. Sin embargo, mantener ese liderazgo en un mercado altamente competitivo y regulado resultó ser una batalla financiera insostenible.
Los datos financieros revelan la magnitud del desafío. En 2025, Telefónica reportó ingresos globales de €26,970 millones en los primeros nueve meses del año, con un crecimiento orgánico de apenas 1.1%. En México específicamente, aunque sumó 129 mil nuevos clientes en el periodo y logró crecimiento de ingresos de 2.7%, el ARPU (ingreso promedio por usuario) se mantenía en apenas 68 pesos mensuales, muy por debajo de los 180 pesos de Telcel y los 146 pesos de AT&T.

Esta brecha de rentabilidad, combinada con altos costos regulatorios, espectro radioeléctrico cada vez más caro y falta de activos propios significativos (torres, antenas, infraestructura), convirtió al negocio mexicano en poco atractivo para potenciales compradores. A partir de 2018, Telefónica optó por compartir infraestructura con AT&T para reducir costos, pero esto comprometió su independencia tecnológica y competitividad.
El mercado respondió negativamente al anuncio: las acciones de Telefónica cayeron casi 10% tras la presentación del plan estratégico, borrando las ganancias acumuladas durante 2025. Los inversionistas reaccionaron al recorte de dividendos propuesto y a la incertidumbre sobre la reestructuración profunda que implica vender o cerrar operaciones en múltiples países latinoamericanos.
.png)
.png)
La decisión de Marc Murtra, presidente ejecutivo de Telefónica, responde a una apuesta clara: concentrar recursos en cuatro mercados clave (España, Reino Unido, Alemania y Brasil) e invertir entre 18,000 y 22,000 millones de euros en innovación, 5G, ciberseguridad y defensa digital. Durante 2025, la compañía ya concretó la venta de sus filiales en Argentina, Perú, Uruguay y Ecuador, acelerando la desinversión completa de Hispanoamérica.
.png)
Como muestra el diagrama anterior, España y Brasil concentran 62% de los ingresos del grupo (€3,046M y €2,508M respectivamente), mientras toda Hispanoamérica (incluidos México, Chile, Venezuela, Colombia y otros) apenas aporta €1,075 millones (12% del total). Esta distribución justifica la decisión de Telefónica de desinvertir por completo de la región para reinvertir donde genera mayor valor
Esta reestructuración busca reducir deuda, mejorar eficiencia operativa y posicionar a Telefónica como líder tecnológico en mercados más rentables y con menor riesgo regulatorio y cambiario. En España y Brasil, los resultados del tercer trimestre mostraron solidez: crecimiento sostenido en clientes de fibra óptica (16.4 millones, +8% anual) y liderazgo en satisfacción del cliente y bajas tasas de cancelación.
Para los 23 millones de usuarios mexicanos, el proceso será gradual. Murtra confirmó que los servicios se mantendrán activos hasta concretar la venta o transición, y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) supervisará que se garantice continuidad. Si se concreta una compra, el nuevo operador heredará redes, infraestructura y clientes; de lo contrario, se facilitará la portabilidad masiva hacia Telcel, AT&T o compañías virtuales.
Movistar deja México después de 24 años, pero su legado permanece: transformó un sector dominado por monopolios en un mercado competitivo y accesible. Ahora, mientras la marca española se repliega hacia Europa y Brasil, los mexicanos quedan con la certeza de que la competencia y la innovación llegaron para quedarse... aunque con otros nombres en la cancha.



